—Ésta sí que es una buena bienvenida a casa
—susurró Gabriel, abriendo la puerta de la
ducha—. Una Julia desnuda, húmeda y calentita. 
—Hay sitio de sobra para un Gabriel desnudo,
húmedo y calentito —replicó ella, agarrándolo
de la mano.  Él sonrió.

Gabr

Isa Aveiro De Martínez

—Ésta sí que es una buena bienvenida a casa —susurró Gabriel, abriendo la puerta de la ducha—. Una Julia desnuda, húmeda y calentita. —Hay sitio de sobra para un Gabriel desnudo, húmedo y calentito —replicó ella, agarrándolo de la mano. Él sonrió. Gabr


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